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Dolores Promesas entra en liquidación

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: Tienda de Dolores Promesas, fotografía de archivo.

La que fuera de unas de las marcas de moda más populares de comienzo de la década de los 2000, la firma española Dolores Promesas, no ha logrado superar el concurso de acreedores en el que se encontraba inmersa desde el pasado mes de diciembre de 2020 y entra finalmente en proceso de liquidación. Última fase a la que se enfrentará ahora la compañía, en lo que conllevará la venta de los pocos activos de los que todavía dispone, y entre los que se encuentran el nombre comercial de la propia marca. Un “Dolores Promesas” que así pues podría ser ahora adquirido con objeto de volver nuevamente al mercado, en su caso de la mano de algún otro Grupo de modas o destacado inversor.

ACTUALIZACIÓN

La firma española Niza adquirió Dolores Promesas en mayo. Acceda a la información más reciente aquí.

Tras llegar a contar a comienzos del año 2020 con una red comercial formada por 41 puntos de venta monomarca, de los cuales 12 respondían a córners en el interior de los centros comerciales de El Corte Inglés y los 29 restantes eran tiendas a pie de calle, incluidos sus establecimientos outlets de Las Rozas Village y de Sevilla, operadas bajo gestión propia como a través del modelo de franquicias, la dirección de Dolores Promesas, que además contaba con una destacada presencia en cerca de unos 130 establecimientos multimarca de distintas zonas de España, solicitaba de manera voluntaria el preconcurso de acreedores a comienzos de febrero. Un mecanismo con el que trataban de forzar un acuerdo con sus principales acreedores, que en última instancia permitiera garantizar la viabilidad de la compañía y que, como primeras medidas, conllevaba el cierre de todos sus córners y sus establecimientos franquiciados, así como una considerable reducción de su plantilla. Todo a la espera, aseguraban entonces, de finalizar el “avanzado proceso de negociación” que mantenían abierto con diferentes posibles socios inversores.

Sobre este difícil panorama, pocas semanas después hacía su aparición en escena esta, todavía actual, pandemia por coronavirus. Una crisis, de carácter tanto sanitario como económico, que terminaba dando la puntilla a la complicada situación en la que se encontraba la firma de modas, enfrentada a un contexto de máxima incertidumbre en el que eran pocos los inversores que decidían a arriesgarse embarcándose en nuevos proyectos, especialmente de moda y textil. Unas circunstancia que terminaban borrando así de un plumazo las aspiraciones de Javier Lapeña y Miryam Pintado, copropietarios y cofundadores de Dolores Promesas junto a la diseñadora Alicia Hernández, de encontrar un nuevo socio inversor, que ya no solamente ayudase a garantizar la viabilidad de la firma, sino que llegase para ocupar el puesto que dejaba bacante Hernández, quien se había mantenido como directora creativa de la firma, tras su decisión de desvincularse y salir de la compañía durante el verano de ese mismo año de 2020. Terminando así por llegar hasta mediados del mes de diciembre de aquel tan complicado como sombrío ejercicio, en el que finalmente su dirección terminaba declarando a Dolores Promesas en quiebra, tras un último año de completa parálisis y de permanentes limitaciones en el ámbito de la venta minorista.

Abierto el periodo para la venta de activos

Una vez abierto el proceso voluntario de concurso de acreedores, seguía estando en el ánimo de sus hasta ahora propietarios, Javier Lapeña y Miryam Pintado, el lograr seguir avanzando en las negociaciones para garantizar la entrada en el capital social de la compañía de un nuevo socio inversor. Unas conversaciones que finalmente han terminado siendo infructuosas, una vez que el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid, encargado de gestionar todo el proceso, acaba de dar orden para iniciar la fase de liquidación de la firma, la suspensión de los poderes de sus administradores y la disolución de la compañía.

Como encargada de dirigir este último procedimiento de su fase de liquidación, Dolores Alemany, de la firma Insolvency Legal, en su calidad de administradora concursal habría ya presentado el plan de liquidación de la compañía al Juzgado. Abriéndose a partir de este momento un periodo de pujas que se mantendrá hasta finales de este mismo mes de marzo, según adelantan desde el medio económico Expansión, durante el cual todos los interesados podrán presentar sus ofertas para hacerse con los distintos lotes en los que han quedado organizados los activos que todavía mantenía en propiedad la firma, y entre los que se encontrarían sus stocks de prendas, sus dominios, piezas de mobiliario y la propia marca de “Dolores Promesas”.

Un activo este último que sería por el que mayor interés podrían terminar mostrando los inversores, a fin de aspirar a repetir el éxito de operaciones que ya han logrado devolver y mantener en el marcado marcas como las de Hoss Intropia, adquirida por Tendam en noviembre de 2019 en el marco de su proceso de liquidación; la cadena Marypaz, adquirida igualmente en proceso de liquidación por la empresa Crocea Mors pocos días después; o Amichi, firma de moda recomprada por los hijos de su fundador, y que acaba de iniciar su regreso al canal comercial.

Arrastrando pérdida desde antes de la pandemia

Antes de llegar a este extremo de presentar la venta por lotes de los activos de la compañía, la administradora concursal, destacan desde el citado medio económico, llegó a plantear la venta al completo del brazo productivo de la firma, incluidos los 40 trabajadores que permanecían ligados a ella. Una operación para la que se habrían llegado a mostrar interesados diferentes inversores, pero para la que terminaba sin llegarse a ningún acuerdo, iniciándose entonces un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción para todos los empleados.

Primer paso de esta liquidación final a la que se abre ahora la actual Dolores Promesas, compañía que llegó a registrar unos ingresos de cerca de 8 millones de euros al cierre de su ejercicio de 2019, el último del que se dispone de datos en el Registro Mercantil, con pérdidas tanto en Leyenda Personal, la compañía encargada de la gestión de las operaciones vinculadas a su modelo de franquicias; como en Leyenda Personal Retail, la compañía por su parte dedicada a la gestión de sus operaciones propias, incluidas las de sus tiendas, sus córners y las generadas a través de su página de comercio online.

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